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El cerebro está en constante cambio

Literalmente, nuestro cerebro está en constante cambio y cada cosa que hacemos, cada cosa que experimentamos, cada pensamiento que tenemos cambia nuestro cerebro.

El cerebro que tenemos no es un órgano diseñado como algo inamovible, estable y siempre ordenado. El cerebro está diseñado para cambiar, es plástico. Es fruto de nuestros genes y nuestros genes cambian despacio, tras muchas generaciones. Sin embargo, el mundo que nos rodea, como nuestro mundo interior, cambia muy rápido, y nuestro cerebro tiene que hacer frente a esos cambios.

La plasticidad cerebral es un invento de la naturaleza para permitir que nuestro cerebro sea capaz de adaptarse a los rápidos cambios del mundo que lo rodean y pueda ayudarnos a enfrentarnos a él.

[ Nos acostumbramos a actuar de cierta manera, pero somos capaces de cambiar ]

Con la práctica el cerebro inventa nuevos modos, y la plasticidad pasa de reforzar conexiones existentes a formar conexiones nuevas, a crear nuevas redes de neuronas que se especializan en nuevos patrones adquiridos. La plasticidad cerebral tiene por lo tanto, dos fases: una primera muy rápida y flexible que usa conexiones existentes y otra más lenta en la que se forman nuevas conexiones. Los actos que el cerebro lleva a cabo cuando participa en cualquier experiencia, genera cualquier pensamiento, interpreta cualquier percepción u origina cualquier movimiento, lo cambian. El cerebro es plástico en todas sus funciones, y no estamos necesariamente hablando de cambios sutiles; estamos hablando, a veces, de cambios profundamente espectaculares.

Los pensamientos cambian el cerebro

La práctica mental de imaginarse que uno toca música pero sin tocar, es suficiente para inducir a cambios en el cerebro, más allá de la realización de ejercicios prácticos físicos. Por tanto;

¡NO SÓLO TODO LO QUE HACEMOS, SINO LO QUE PENSAMOS CAMBIA EL CEREBRO!

Es importante tener cuidado con lo que uno piensa, porque nuestros pensamientos cambian nuestro cerebro y las consecuencias pueden no gustarnos. La práctica mental, de hecho, puede guiar la plasticidad cerebral e inducir cambios en el cerebro, abre la posibilidad de usar la introspección, la meditación, y los pensamientos para influir y cambiar nuestro habitos y comportamientos de forma deseada.

La cantidad adecuada de plasticidad

El cerebro es intrínsecamente plástico, es decir, tiene la propiedad de ser capaz de ser cambiable. Un cerebro sano requiere tener la capacidad justa de plasticidad, unos mecanismos de plasticidad adecuados que no induzcan cambios excesivos en respuesta a cualquier influencia, pero que tampoco sean excesivamente resistentes al cambio.

Un sistema excesivamente plástico es capaz de aprender muy rápido, pero también de olvidar muy rápidamente. No consolida el conocimiento. Deja una marca excesiva que modifica la siguiente experiencia y el resultado es que acaba siendo un sistema ruidoso, lábil, frágil e inestable.

La plasticidad cerebral del cerebro que cura

Desde el punto de vista del cerebro que tiene la potencialidad de curar, el reto es que hacer para mantener el nivel de plasticidad óptimo para cada uno de nosotros. La plasticidad es una propiedad del sistema nervioso en la cual el funcionamiento de circuitos, redes y neuronas cambia en respuesta a estímulos o a demandas, pero no cambia del golpe.

Solo dedicandonos a una misma cosa repetidamente modificamos nuestro cerebro de forma más duradera. Elegir bien y dedicar esfuerzo a aquello que queremos convertir en patrones duraderos de conducta y habilidades mantenidas. El reto es guiar la plasticidad para que los cambios resultantes en nuestro cerebro nos resulten beneficiosos a largo plazo.

Un cerebro excesivamente capaz, sofisticado y rápido en ser modificado por las sensaciones internas de nuestros órganos, acaba siendo influenciado por esas sensaciones.

La plasticidad, por lo tanto, puede ser beneficiosa o dañina. La capacidad plástica del sistema nervioso es tanto la causa de enfermedades como la posibilidad de recuperarse de ellas, es tanto la razón de aprender como la razón de lo vicios del mal aprendizaje. El reto para mantener un cerebro es mantener un cerebro con los mecanismos de plasticidad adecuados.

Guiar las consecuencias de la plasticidad, es saber qué cosas conviene que haga cada persona para que, al final, los cambios inducidos por la plasticidad resulten beneficiosos para el propio individuo.

Resumen, la plasticidad es una propiedad intrínseca del cerebro que permite superar las limitaciones del genoma. El mundo que nos rodea cambia rápidamente, y los genes acaban estructurando nuestro cerebro. Si somos capaces de hacerlo, nuestro cerebro estará sano y nos curará

 

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